Quito es la única ciudad donde se celebra el “Arrastre de Caudas”, ceremonia fúnebre cuyo origen tiene más de 500 años. Este acto tradicional que versa sobre los rituales sagrados de Semana Santa se realiza cada año en La Catedral del Centro Histórico de Quito. El místico ritual inicia cuando el Arzobispo de Quito y sus canónigos realizan una procesión en la que llevan en sus espaldas las caudas, que son pesadas capas negras de casi dos metros de largo y simbolizan los pecados del mundo. Después de este recorrido, los canónigos, religiosos más antiguos de la iglesia quiteña, se postran delante del altar mayor para que el Arzobispo agite una inmensa bandera negra con una cruz roja sobre ellos para transmitir, simbólicamente, las virtudes de Jesucristo. Para finalizar la ceremonia, el Arzobispo golpea el asta de la bandera tres veces contra el suelo, símbolo de la resurrección de Cristo. El Arrastre de Caudas nace en el siglo XVI, cuando en ceremonias fúnebres se rendía honores a los generales del ejército romano caídos en batalla. Más tarde, el ritual fue acogido por la Iglesia Católica y adaptado para conmemorar la muerte de Jesús y celebrar su triunfo sobre la misma.
